SOCIEDAD
29 de octubre de 2024
La necesidad de reformar la ley de Salud Mental fue evocada en el Congreso Internacional de Psiquiatría de la AAP

Unos 4000 profesionales se reunieron bajo el lema “Ciencia, Evidencia, Experiencia y Humanismo”. La diputada Marcela Campagnoli informó acerca del proceso de reforma de la ley 26657, el profesor Andrés Mega enumeró sus artículos más negativos y la periodista de Infobae Claudia Peiró se refirió al trasfondo ideológico común de esa y otras normas
>El 32 Congreso Internacional de Psiquiatría y Salud Mental de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP) se reunió en el Hotel Sheraton de Mar del Plata del 23 al 25 de octubre bajo el lema “Ciencia, Evidencia, Experiencia y Humanismo”. Convocó a 4000 participantes de todo el país y del exterior que pudieron intercambiar conocimientos, experiencias y perspectivas sobre los desafíos y avances en el campo de la psiquiatría y la salud mental.
También aludió a los rápidos avances de las neurociencias y la importancia de eventos como el Congreso de AAP para el intercambio y actualización de esos conocimientos “en un ámbito de diálogo, debate y reflexión que es absolutamente irremplazable”.
En los últimos años, especialmente a partir de la pandemia, se instaló con fuerza un reclamo de larga data no solo de los profesionales del sector sino también de los familiares de los pacientes: la reforma de la actual Ley de Salud Mental (n° 26657, de 2010).
Dos casos fueron claves en la decisión de esta legisladora de tomar la causa en sus manos: También tomó contacto con la madre de Chano, Marina Charpentier -invitada al Congreso-, que con su asociación civil La Madre Lucha, también está bregando por cambios en la legislación.
Su síntesis es que son tres los aspectos de la ley a modificar de modo prioritario: las condiciones de internación involuntaria (cambiar “riesgo cierto e inminente”, por “riesgo grave”), la jerarquización del rol del psiquiatra en el equipo interdisciplinario (hoy está equiparado al psicólogo, al asistente social o al terapista ocupacional) y finalmente derogar el artículo 27 que dispone el cierre de hospitales y clínicas neuropsiquiátricas. “No puede ser que no haya especialización”, sostuvo.
Campagnoli se mostró optimista en cuanto a que puede haber consenso en la Comisión de Salud para un dictamen favorable a esta reforma. Pero subrayó la importancia de que la sociedad civil le comunique a los legisladores su interés por este tema, escribiendo a los responsables de que el proyecto avance o se estanque.
Mega enumeró los artículos más polémicos de la ley. El 8° establece que la jefatura de un equipo de Salud Mental puede estar indistintamente en manos del psicólogo, del psiquiatra, del trabajador social o del terapista ocupacional, entre otros; el artículo 12 insinúa que los psiquiatras medican por intereses de terceros o como “castigo” (sic) y además establece que para medicar deben consultar a gente que no es idónea en el tema. El 20° define que sólo se puede internar a un paciente contra su voluntad cuando hay “riesgo cierto e inminente” de daño para sí o para terceros. “Hay riesgo o no hay riesgo”, sentenció Mega.
El artículo 27 dispone el cierre de los centros de psiquiatría en todo el país y la internación de pacientes psiquiátricos en hospitales generales. Para subrayar lo absurdo de esta disposición, que no contempla la abismal diferencia entre un lugar de internación psiquiátrica y uno general, Mega preguntó: “¿Cómo está el paciente general en un hospital? Acostado. ¿Cómo está el paciente psiquiátrico: deambula”.
En provincia de Buenos Aires, el órgano de revisión está conformado por integrantes de la Comisión Provincial de la Memoria. ¿Qué vínculo habrán visto los legisladores entre una y otra cosa, salvo el prejuicio ideológico hacia la psiquiatría, tratada casi como un crimen?
El título de la charla de Claudia Peiró -“Las dramáticas consecuencias sociales de la negación de la naturaleza y del desconocimiento de la ciencia”- estaba en sintonía con el lema del Congreso. La exposición fue coordinada por Ricardo Corral, presidente de la AAP.Citando al documentalista y sociólogo noruego Harald Meldal Eia (“La paradoja noruega de la igualdad”), la periodista y licenciada en Historia empezó preguntando: “¿Es tarea de las ciencias sociales refutar la biología? Porque ese es el fondo ideológico común a varias leyes, la de Salud Mental entre ellas, sancionadas en los últimos tiempos y que empiezan por negar la biología, la naturaleza humana, en definitiva, la realidad”.
En el espectro de consecuencias negativas de este desconocimiento de la ciencia, “está el desamparo de muchos pacientes psiquiátricos y sus familias, lo vemos a diario en las noticias, la epidemia transgénero entre adolescentes, la hormonización de menores, el atropello a la inocencia infantil con algunos contenidos de la ESI, el desconocimiento de los derechos de los padres sobre la educación y la salud de sus hijos, etcétera, etcétera.”
En consecuencia, hay también una tarea común a realizar para modificar este statu quo, una tarea de la cual la psiquiatría no puede estar ausente porque tiene mucho para aportar.
En el marco del Congreso, la Asociación de Ayuda de Familiares de Personas con Esquizofrenia (AAFE) recibió un reconocimiento a su tarea en materia de psicoeducación familiar y ayuda mutua por parte de la AAP. La AAFE fue creada hace 21 años y cuenta con la coordinación del doctor Pedro Gargoloff y de María Delia Michat.
El documento es de acceso libre y gratuito y está disponible en la web de la asociación (
Fueron ponentes extranjeros del Congreso: Christoph Correll (USA), Christina Dalla (Grecia), Carlos Zárate (USA), Robert McCutcheon (Reino Unido), Jehannine Austin (Canadá), Carolyn Rodríguez (USA), Diego Hidalgo Mazzei (España) y Daria Smirnova (Rusia).
En cuanto a las conclusiones y perspectivas futuras, el 32° Congreso Internacional de Psiquiatría y Salud Mental reafirmó la importancia de la investigación, la formación continua y el trabajo en equipo para mejorar la calidad de vida de las personas con trastornos mentales.